Recientemente el Servicio Agrícola Ganadero (SAG) decretó emergencia zoosanitaria en Valdivia, tras confirmar la presencia de gripe aviar en cisnes de cuello negro, por lo que se desarrollaron distintas medidas para el control de la enfermedad, tales como la incineración y sacrificio de las aves contaminadas.
Bajo ese contexto, el infectólogo y Decano de la Facultad de Medicina y Ciencia de la USS, Dr. Carlos Pérez, se refirió a la enfermedad que a nivel nacional se ha identificado en distintas aves y mamíferos, adelantando que la aparición en los cisnes era esperable por la rápida diseminación de la infección.
Asimismo, el especialista informó que en el país no se han detectado casos en humanos y que los contagios que se han reportado a nivel mundial son infrecuentes, sin embargo, aseguró que “el riesgo de transmisión es bajo, salvo a personas que manipulen directamente aves enfermas o muertas a consecuencia de H5N1 o personas que trabajen en criaderos de aves donde se produzca algún brote, pero en esos lugares las personas normalmente utilizan medidas de protección suficientes para evitar los contagios”.
El Dr. Pérez, aseveró que la influenza aviar es un problema de importancia principalmente para aves silvestres y de criaderos pero que no debería afectar la salud humana, remarcando en que no se trata de una situación que pueda llegar a transformarse en una epidemia o pandemia, pero que en el caso eventual de ocurrir transmisiones podrían ser graves.
Para concluir, el decano insistió en que el virus tiene una baja transmisibilidad hacia los seres humanos “y prácticamente nula o mínima entre personas, así es que por ahora no es algo que debiera preocuparnos o que pueda transformarse en una epidemia o pandemia salvo que ocurran mutaciones significativas en el virus, que es algo que nunca se puede descartar, pero por ahora no hay ninguna evidencia que esto vaya a ser de riesgo para el ser humano, pero hay que tomar las precauciones que he señalado”.
Las recomendaciones que entregó el Dr. Pérez fueron evitar la manipulación de aves, especialmente aquellas que son silvestres o que hayan fallecido y reiteró la importancia de notificar al SAG para la posterior investigación a fin de evitar contagios.