El 10 de septiembre se celebra el Día Mundial de la Prevención del Suicidio, fecha respaldada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que representa un compromiso global para centrar la atención en la prevención del suicidio. En Chile un análisis de la Organización Panamericana de la Salud, dependiente de la OMS, mostró que las tasas de suicidio han subido en América Latina, y nuestro país figura entre los países con mayores cifras. En 2019 Chile registraba 9 suicidios por cada 100 mil habitantes, hoy la cifra aumentó a 10,3 y el suicidio es la segunda causa de muerte juvenil en Chile y a nivel población general, hay un suicidio cada 5 horas, según las estadísticas del ministerio de salud en Chile.
La psicóloga Alejandra Rojas subraya la relevancia de adoptar un enfoque preventivo y colectivo en la lucha contra el suicidio: “Conmemorar esta fecha nos permite reflexionar y tomar conciencia de que debemos ser una sociedad empática y con un enfoque preventivo. La acción y la empatía son las claves para crear esperanza y prevenir el suicidio. Al educarnos y apoyar a quienes puedan necesitarlo, podemos marcar la diferencia en la vida de aquellos que luchan con pensamientos suicidas. La salud mental es una responsabilidad colectiva y, como sociedad, debemos esforzarnos por construir un mundo donde todos se sientan valorados y apoyados”.
Señales de alerta
Es vital estar atentos a ciertos comportamientos que podrían indicar que una persona está en riesgo de suicidio. La experta del Grupo Cetep, Alejandra Rojas comparte que las señales más comunes incluyen:
- Cambios en el comportamiento: Si un estudiante que era sociable comienza a aislarse o muestra una pérdida de interés en actividades que antes disfrutaba, podría ser una señal de alerta.
- Hablar del suicidio: Comentarios directos o indirectos sobre la muerte, como “no quiero estar aquí” o “no hay salida”, son señales que no deben ser ignoradas.
- Regalar pertenencias: Algunas personas en riesgo de suicidio comienzan a regalar sus objetos personales como una forma de despedida.
- Alteraciones en el sueño y el apetito: Cambios significativos en los patrones de sueño (insomnio o dormir en exceso) o en el apetito (comer demasiado o no comer lo suficiente) pueden ser indicadores de un problema subyacente.
- Actitudes autodestructivas: Comportamientos peligrosos, como el abuso de sustancias o la conducción temeraria, pueden ser una forma de expresar desesperación.
- Despreocupación por el futuro: Expresiones sobre no tener nada por qué vivir o falta de interés en planes futuros pueden ser un indicio de pensamientos suicidas.
- Aumento del estrés o crisis recientes: Eventos estresantes, como la pérdida de un ser querido, problemas familiares o dificultades académicas, pueden desencadenar pensamientos suicidas.